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DIARIO DE CORDOBA,13 /11/1994
- Qué tal se encuentra en Córdoba?. La
diferencia que percibe entre la sensibilidad del norte y la del sur.
Cada vez vengo a cantar más al sur. Y me encanta. El
público es más jondo y transmite un entusiasmo mayor. He tenido encuentros inolvidables
con el público andaluz, sobre todo interpretando el Cántico Espiritual de San Juan de la
Cruz. Espero que se repitan con Emboscados.
- Cómo ha sido aceptada por el público
Emboscados? Es consciente de la dificultad de la obra? A qué público va dirigida?
Estrenamos Emboscados en el Teatro Principal de Zamora
en noviembre del ańo pasado. Hace ya un ańo, pues. Durante este ańo nos hemos ido
emboscando en unos cuantos escenarios y no me puedo quejar de la acogida, sobre todo
teniendo en cuenta que la obra no estaba grabada en disco y por consiguiente la
aproximación del público suponía, en principio, curiosidad y confianza más que
conocimiento. Más aún teniendo en cuenta que en la música el placer viene dado por el
reconocimiento. Como es normal, el aplauso no ha sido igual de entusiasta en unos sitios
que en otros, tampoco su interpretación, pero en general el ánimo que hemos recibido ha
sido muy grande, fundamental. Muchos amigos consideran que Emboscados es mi mejor obra...
Yo no sé. Sé que no es una obra fácil: ha sido exigente conmigo y lo es también con el
espectador y el oyente exigiéndole una escucha activa, implicándole en la
reinterpretación del poema. Pero usted sabe muy bien que la validez de la palabra
poética no se mide por lo que dice sino por lo que suscita, no por lo que pone delante de
nosotros sino por lo que nos invita a descubrir. Yo nunca pienso en el público cuando
estoy escribiendo o componiendo. Atiendo primero a mi propio criterio y emoción, dando
por supuesto que, como tampoco soy un bicho raro, si a mí me gusta y me interesa, habrá
más gente a quien le diga algo.... Hasta ahora siempre he tenido un público muy
heterogéneo, amante de la poesía, por supuesto, y de la canción poética; una minoría
que no excluye a nadie por principio, no elitista.
- Cuántos conciertos ha dado antes de la
grabación? A qué se ha debido esta decisión tan inusual?
Hemos interpretado Emboscados unas veinte veces antes
de grabar el disco este verano. Por qué? Porque la experiencia me ha enseńado que una
partitura musical mejora siempre con las sucesivas interpretaciones en directo.
Lógicamente esto se nota aún más cuanto mayor sea la dificultad de la obra en
cuestión. Quería que técnicamente la obra fuera bien comprendida y dominada por
nosotros, los intérpretes, antes de entrar en el estudio de grabación. Y como no tenía
prisa, así lo hice. Hay que saber esperar. De todos modos, llega un momento en que tengo
que decidirme a dar ese paso, aun a sabiendas de que muy pronto, una vez grabado el disco,
dejará de gustarme. Reconozco que me he vuelto un poco neurótico con este tema. Y es que
mientras la presencia del público me estimula, el ambiente del estudio de grabación me
angustia. Un disco no deja de ser una foto fija, con la pose más estudiada, el enfoque
más preciso, la mejor iluminación y todo lo que tú quieras..., pero una foto fija al
fin y al cabo de algo que está en continuo y sutil movimiento; es la congelación de un
instante, una interpretación entre muchas..., sin el calor del público, sin la presencia
y la figura, como diría San Juan. Pero en fín, ya le he dicho que es un tema que me
desasosiega y me neurotiza más de la cuenta. Mejor me callo para no condicionar al
comprador-oyente del disco.
- Cómo definiría Emboscados? Háblenos de su
génesis, su lenta gestación, los momentos de dificultad, su estructura en ocho
movimientos musicales, lo que ha pretendido decir con ella. Qué lugar ocupa en su
trayectoria personal y profesional?
Emboscados lo he definido como un Oratorio para dos
voces solistas (hombre y mujer) y grupo instrumental de cámara, formado por dos
guitarras, flauta, violín y violoncelo. Eso musicalmente. Más dificil me resulta
definirlo en cuanto a su contenido poético. Después de terminar la obra, después de
estrenarla y de grabar el disco, es ahora cuando me pongo a reflexionar sobre ella; ahora
que me puedo distanciar un poco, pero nunca tanto como cualquier otro. Y mi reflexión no
tiene más validez que la de cualquier otro que se interese y se sumerja en ese texto.
Diré que es una bra inconclusa, en el sentido de no cerrada, sino abierta a
interpretaciones distintas según el espectador-oyente. A lo largo del poema se suceden
nombres, personajes, situaciones diversas que serán las claves para encauzar el
pensamiento y la imaginación de cada cual para que escriba o inscriba su propio poema, su
propia composición a partir del material que se le ofrece. Exige, ya lo he dicho, una
contemplación activa, comprometida. Pero esto no le va a sorprender a quien ya conozca lo
que hago. Yo no digo mi canción, sino a quien conmigo va: Del mismo modo que he procurado
siempre rodearme de músicos mejores que yo... también sé que mi público es tan
exigente consigo mismo como conmigo. Se trata de no defraudarse. Y de estimularse
recíprocamente. Yo no tengo facilidad para la escritura poética. Comencé la escritura
de Emboscados hará unos cinco ańos. Cada pasaje solía arrancar con versos escritos de
forma casi automática o inconsciente. A veces pongo un disco que me gusta mucho, cantado
en un idioma que no entiendo, y me dejo llevar... y escribo lo que me inspira esa voz o
esa música, lo que yo imagino que podría estar diciendo... Lo que escribo entonces suele
ser más bien incoherente, extrańo, disforme...., pero a veces aparece una pepita de oro,
en medio de mucha ganga. Ganga que luego voy eliminando en sucesivas redacciones ya
críticas. Si la pepita es preciosa acaba resplandeciendo. Llega un momento que manda el
poema y uno obedece, cada verso dicta el verso siguiente... Una vez conformado así el
poema, llega el momento de la música que a su vez vuelve a incidir en el texto a medida
que lo incorpora, generalmente -y afortunadamente- mediante un proceso reductor,
purificador... En fin, que se trata de ser tan tenaz como paciente, y darle muchas vueltas
o, lo que es más difícil, darle las vueltas precisas. Ahora bien, si usted me pregunta
por los "emboscados" del poema, que quiénes son, le tengo que decir que el
poema mismo consiste más bien en la formulación de esa pregunta; la respuesta o las
respuestas, seguramente implícitas en la pregunta, se piensan desde fuera y a posteriori.
Yo estoy leyendo ahora La emboscadura de E. Jünger; no había querido leerlo antes de
terminar el poema por no interferir el origen ni el curso de mi manantial poético. Ahora
que lo estoy leyendo me sirve como una herramienta más para acercarme a la
interpretación del poema Emboscados, me ayuda a comprender y a formular una
interpretación, una respuesta a la pregunta original del poema. Del mismo modo, si acudo
al Diccionario de los símbolos, de J.Chevalier y A. Gheerbrant, me encuentro con
maravillas como éstas: "En diversas regiones, especialmente entre los celtas, el
bosque constituía un verdadero santuario en estado natural"...."La fuerza del
bosque permite provocar la lluvia, es decir, en todos los sentidos del término, los
beneficios del cielo"... "El bosque simboliza lo inconsciente. (...) "La
caracola simboliza los grandes viajes, las grandes evoluciones, interiores y exteriores.
El sonido y la perla se conservan en la caracola. "... "La mirada es el
instrumento de las órdenes interiores"...Y así muchos otros ejemplos que vendrían
a iluminar la lectura y la interpretación de un texto. Pero yo no era consciente cuando
lo escribía. Emboscados es semilla más que fruto.
- Cómo definiría su experiencia poética?
Cuáles son sus raíces, sus autores (escritores y músicos), cómo ha evolucionado esa
experiencia con los ańos.
Mi experiencia poética es musical. Siempre me gustó
cantar, desde que era nińo. Comencé a interesarme por la poesía después de oir cantar
a Paco Ibáńez y a Serrat, principalmente. Ellos fueron los primeros en descubrirnos la
nueva canción, como se llamaba entonces, a finales de los sesenta. El caso es que a
través de la música me aficioné a la poesía y a partir de la poesía he ido
conformando mi mundo musical. Lo cual no quiere decir que sólo me guste o me interese
(por) la poesía que canto. Por supuesto, hay otros poetas que leo y asumo, como Juan
Gil-Albert, Rafael Pérez Estrada o Juan Carlos Mestre, ... por dar sólo tres nombres.
Pero claro, mi huella esencial está en la poesía que he musicado y que canto. Primero
descubrí a Rosalía de Castro: mis primeras canciones las hice sobre poemas suyos;
después vendrían Miguel Hernández, Lorca, Celso Emilio Ferreiro, Luis López Alvarez,
García Calvo, los primeros trovadores galego-portugueses, San Juan de la Cruz... Con San
Juan estuve bastante tiempo, la composición del Cántico duró también varios ańos. Yo
pienso que la poesía no es de los poetas; los poetas son más bien los instrumentos de la
poesía; la poesía es un sentido pensamiento, una emoción medida que está en el aire...
Sucede que alguien tiene el don de percibir y expresar... A partir de entonces ya no le
pertenece: el poema es de quien lo lee, de quien lo dice y mejor aún si lo canta. Tan
importante como el sonido, su resonancia. Así, yo no siento como más propios los versos
de Emboscados que cualesquiera otros que canto. Ni más ni menos.
- Qué evolución "musical" ha
experimentado su producción desde Vida e Morte?
Evolución musical..., esencialmente, ninguna. La
impronta musical, digamos, es la misma. La forma de cantar también. Con ligeros matices,
tal vez, aunque los matices son muy importantes, claro. Tal vez ahora cante, en general,
de modo más enérgico. Formalmente, casi todo lo que he compuesto se puede reducir a tres
elementos: voz, guitarra y violoncelo, tal como grabé mis primeros discos. Quizás la
evolución consista en hacer cada vez mejor siempre lo mismo. No es poco. La novedad más
importante de Emboscados es la otra voz protagonista, femenina, que aparece, la de Clara
Montes. Su papel es fundamental.
- Su obra se mantiene al margen de las modas.
Cómo ha vivido la evolución cultural del país desde la transición política? Se
siente reflejado en el concepto de cantautores que se acuńó en los ańos setenta? Le
ha sido difícil ocupar su propio sitio ante los que podríamos llamar cantantes
"reivindicativos"? Cuál es para usted la finalidad del poeta en la sociedad
actual?
Plantea usted una serie de cuestiones importantísimas
que exceden, me parece, el marco de una entrevista. Tendríamos que escribir un libro. Voy
a intentar responderle, aunque sea brevemente: Yo creo que mi obra y mi quehacer
artístico se ha mantenido al margen de las modas porque nunca me he propuesto estar de
moda, ni me ha ocurrido estar de moda, aun sin proponérmelo; y porque mi trabajo como
compositor ha tenido una base poética clásica, intemporal, y un tratamiento musical
también clásico, en cuanto melodía y formación instrumental. Yo sigo mi propia senda.
Y además me siento acompańado: no es poca suerte. He vivido la transición política
como un ciudadano más. A veces con tomas de postura que han tenido mayor repercusión
dado el carácter público de mi profesión. Tratando siempre de ser honesto y decir lo
que pensaba aun a riesgo de ser incomprendido e incluso vapuleado por los más próximos,
como ocurrió cuando el referendum sobre la OTAN. "No, la gente no gusta que/uno
tenga su propia fe", como cantaba Brassens. Durante el franquismo el compromiso
político era más apremiante y los cantantes tuvimos, unos más que otros, un papel
reivindicativo que aglutinaba el malestar social y la protesta... con un protagonismo
exagerado, algo narcisista.... Era una situación tan anómala.... ˇEra tan fácil ser
héroe! Yo sentía cierto pudor o reparo a explotar descaradamente aquella situación
porque, además, tenía la impresión de que predicábamos a convencidos. Al cantar en
gallego también sufrí presiones para convertirme en abanderado de la causa nacionalista
gallega, algo que no podía ser ni por convicción ni por nacimiento... Pero insisto en
seńalar que eran tiempos muy revueltos y lo primordial era acelerar el final de la
dictadura. Sin embargo, el dictador murió en la cama. El poeta es el encargado de
mantener vivo el fuego sagrado, la imaginación, el canto y la rebeldía.
- Su obra está llena de espiritualidad y
sensualidad. Obedece eso a un concepto del hombre y a su experiencia del amor? Qué
lugar ocupa Dios y qué piensa se lo que hoy se dice de que vivimos en una sociedad sin
valores?
Una vez más me obliga usted a pensar sobre lo que
hago. Está bien, se lo agradezco. Tiendo a hacer las cosas no sé si demasiado
concentrado en ellas, sin preguntarme por su finalidad ni explicación... Soy como un
manzano, digamos, que da manzanas y que se desentiende de la botánica. Admiro a esos
poetas como Octavio Paz o Cernuda que son capaces de teorizar sobre la poesía en general
y la suya propia. Yo soy bastante perezoso al respecto. Pero reconozco que es un ejercicio
saludable y clarificador. En cuanto a la espiritualidad que usted seńala, creo que me
influyeron mucho los ańos que conviví con los frailes salesianos en Cambados,
Pontevedra, entre los 10 y 14 ańos. Era un convento moderno edificado junto a un antiguo
pazo, un lugar casi idílico, rodeado de magnolios y parras de albarińo, junto al mar...
Allí me aficioné al silencio, a la meditación, a rezar cantando y a cantar como quien
reza... Y espiritualidad y sensualidad son más compańeras de lo que se piensa. Pero me
pregunta también por Dios y entonces sí que me anonado. Los emboscados, llegados al
medio del bosque donde encuentran aquel templo inacabado, sienten el impulso de la
oración y le rezan al "Dios oculto", implorando su alianza, que haga brotar de
nuevo el manantial de la roca, el bálsamo para sus heridas... A ese Dios oculto también
puedo rezar yo a veces. A veces entro en una de esas catedrales impresionantes que tenemos
en Espańa y que suelen estar vacías de culto, de liturgia, de música, de gente... y me
quedo un rato en silencio tratando de vaciar mi mente. Entonces me gustaría volver a
sentir el fervor cierto que tenía con los frailes.... Pero tenemos demasiadas cosas en la
cabeza, así es muy difícil que se pueda manifestar la divinidad, ni siquiera ese
destello sagrado que todos tenemos... también oculto. Un don perdido. También a veces
cuando canto siento que dejo de ser yo y me convierto en aire, no sé decirlo, en una
energía... Debe ser la comunión de los... cantos. Vivimos en una sociedad con más
información que nunca, por activa y por pasiva. El control es cada vez mayor. Y mucha de
esa información no es más que publicidad encubierta. Publicidad que pone el acento en el
medro personal. Un medro que se mide por acumulación de bienes. Cada vez es más difícil
resistir, rebelarse, ser dueńo de tu propio destino. La condición de emboscado se
manifiesta en planos distintos relacionados entre sí: el emboscado se oculta, se esconde,
se aparta, primero para enfrentarse consigo mismo; sabe que no puede esperar de otros lo
que él mismo no esté dispuesto a dar. Ha de confiar en sus propias fuerzas. Se da la
cara a si mismo, quiere verse la cara, es decir conocer su propio destino. Hay cosas que
nadie puede hacer por ti y esas cosas quiere hacerlas del mejor modo posible: cumplir con
su deber. Insisto: no las hace para la galería sino por convicción profunda. En este
sentido aspira a conjugar la discreción con la excelencia. Hay mucha gente que se esmera
en su trabajo, que realiza un trabajo abnegado, o con gusto simplemente, y que no sale en
televisión, por ejemplo, ni en la prensa, ni en la radio. No quiere. Ni falta que hace.
Pero el emboscado sabe también que no basta con eso. Sabe que su trabajo tiene una
proyección pública, que se inscribe dentro de una sociedad, y que en la sociedad hay
también elementos hostiles... Entonces, como dice Jünger, no se dedica a hacer yoga en
el piso de arriba a sabiendas que en el piso de abajo o en los sótanos se tortura, se
sufre, se atropella... Asume su condición política. Baja a la arena, sale al encuentro,
sale del bosque para dar también la cara a los demás, para enfrentarse a la injusticia.
Entonces su lema es aquél que figuraba inscrito en el escudo de un caballero medieval:
"Que mi justicia sea la de los fuertes, que mi fuerza sea la de los justos".
Esta doble condición del emboscado, su apartamiento u ocultarse y el salir y dar la cara
conlleva una virtud, la de saber esperar, y una ciencia, la de saber atacar o mostrarse en
el momento oportuno. El emboscado escoge sus armas y su momento. El emboscado no tiene
patria, ni la quiere. Se siente liberado de esa rémora. Las patrias son un territorio
acotado, resultado del pillaje. El emboscado se identifica con la canción del pájaro
solitario: "tu patria es el aire es mi patria no tengo bandera no tengas". Su
patria es el aire, del bosque para más seńas. Su lugar es el bosque, un lugar
espiritual, un espacio sagrado. El espacio de la libertad. Finalmente, el emboscado se
sabe viajero en un planeta por el universo, siguiendo misteriosas y precisas leyes que
trata de descubrir. Y se asombra. "Venimos del país de la noche, navegando por un
sueńo, en este bosque de estrellas emboscados...." Emboscado en un bosque de
estrellas. Tiene presente esa referencia cósmica, lo cual le permite relativizar algunas
cosas.
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